Dios Padre Todopoderoso que elegiste a María como Madre de Tu Hijo llega hasta nosotros, por María, Medianera de tu Gracia.

enero 6, 2011

María: ¿Qué puedo hacer yo para corresponder a ese Perfecto Amor de Dios?

Te repito lo que enseñó mi hijo: “Se perfecto como el Padre Celestial”, es decir Discípulo silencioso de su perdón en tu diaria intimidad y Apóstol de su Infinita Misericordia para una humanidad herida por pecados propios y ajenos.

Entonces: “Bendito seas entre los creyentes por haber confiado en un Dios Misericordioso”.

*dalugas

La Virgen dijo a los niños;
«Sed siempre Buenos.»
«Convertiré a los pecadores»

«Yo Soy la Virgen Inmaculada»

«Yo Soy la Madre de Dios. La Reina del Cielo, Orad Siempre».

Beauraing, BélgicaNov. 29, 1932 – Enero 3, 1933.

Nuestra Madre nos invita a la oración. Sin oración no hay conversión. En todos sus mensajes nos pide oración. Pero no cualquier oración sino la del corazón, porque ésa nos irá transformando. Es la oración de quien confiadamente se abandona a la Fidelidad, Bondad y Misericordia de su Creador. Orar, orar y orar, repite en uno y otro mensaje. Que significa no sólo estar en oración permanente sino orar con mayor profundidad.

Orar hasta que la oración deje de ser monólogo; orar hasta que también sea escucha y revelación; orar hasta que se vuelva alegría.

Reina De la Paz

Os invito a que cada uno comience a vivir la nueva vida,

Mensaje de María Reina de la Paz
del 2 de enero de 2011
Dado a Mirjana

Queridos hijos, hoy los llamo a unirse en Jesús, mi Hijo. Mi corazón materno ora para que puedan comprender que son la familia de Dios. A través de la libre voluntad espiritual, que el Padre Celestial les dio, son llamados a conocer por ustedes mismos la verdad, el bien o el mal. Que la oración y el ayuno abran sus corazones y los ayuden a descubrir al Padre Celestial por medio de mi Hijo. Descubriendo al Padre sus vidas serán dirigidas al cumplimiento de la voluntad de Dios y a la creación de la familia de Dios, así como lo desea mi Hijo. No los dejaré solos en este camino. Gracias.

 

Rezemos esta oracion juntos..

!Oh Madre! Quiero consagrarme a Tí.
Virgen María, hoy consagro mi vida a Tí,
siento necesidad constante de tu presencia
en mi vida, para que me protejas, me guíes
y me consueles.
Sé que en Ti mi alma encontrará reposo
y la angustia en mi no entrará,
mi derrota se convertirá en victoria
mi fatiga en Ti fortaleza es.
Amén.

 

Renuevo mi espíritu
abro mi corazón al Señor
prometo escuchar solamente Su voz
guardar su Palabra y practicarla.
Amén.

Dios mío convierte mi tristeza en alegría,
quita de mí toda pena.
Sé que no cumplo Señor como debiera,
pero sigo tus consejos
porque me suenan a Gloria.
En mi corazón tengo tu Nombre
y grabado queda.
Amén.

Santuario Maria del Rosario de San Nicolas



¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia, los invito a todos a renovar la oración en sus familias. Prepárense con alegría para la llegada de Jesús.

diciembre 23, 2009

Mensaje del dia 2 de Diciembre de 2009

Queridos hijos, en este tiempo de preparación y de gozosa espera, Yo como Madre, deseo mostraros lo que es más importante: vuestra alma. ¿Puede nacer en ella Mi Hijo? ¿El amor, os ha purificado de la mentira, de la soberbia, del odio y de la maldad? ¿Amas tu alma, sobre todas las cosas, a Dios como Padre y al prójimo en Cristo? Yo os muestro el camino que elevará vuestra alma a la unión plena con Mi Hijo. Deseo que Mi Hijo nazca en vosotros. ¡Qué alegría para mí, la Madre! ¡Os lo agradezco!

Inmaculada Madre Mía, me alegro contigo al verte enriquecida con tanta pureza por parte de Dios y quiero dar gracias al Creador por haberte preservado de toda mancha de pecado, como lo creo firmemente. Y estoy siempre dispuesto a defender la gran verdad de que has sido concebida sin mancha de pecado original.

Quisiera que todo el mundo te admirara y te alabara, como la Aurora que anuncia la llegada del Sol, que es Jesucristo; como el Arca de la Nueva Alianza, que se salvó del naufragio de la mancha del pecado original, como la Paloma sin mancha y blanquísima, como el Huerto cerrado al cual no han logrado llegar los enemigos del alma, como la Fuente Sellada que no ha sido contaminada, como el blanco lirio que floreció entre las espinas, pues en medio de tantas gentes manchadas con el pecado, tu naciste y te conservaste siempre blanca, pura y completamente amiga del Divino Creador.

Permíteme que te alabe con las palabras pronunciadas por el mismo Dios: «Toda hermosa eres tú, y en ti no hay mancha alguna». Oh amabilísima e Inmaculada María: tu que eres tan bella ante los ojos de Dios, no dejes de mirar con compasión a las asquerosas llagas de mi pobre alma. Mírame con compasión y ayúdame a curarme de las llagas de mis pecados. Tú que eres un imán que atrae los corazones, atráeme también a mí hacia tu corazón maternal. Tú que desde el primer momento de la vida apareciste tan completamente pura y tan agradable a Dios, ruega por mi que no sólo nací con la mancha del pecado original sino que durante toda mi vida he venido manchando mi alma con tantas culpas y pecados. Dios que te eligió como Hija predilecta del Padre, y Madre Santísima del Hijo y Sagrario del Espíritu Santo, y por eso te libró de toda mancha de pecado y te demostró más amor que a toda otra creatura, ¿qué favor o gracia que pidas para nosotros te podrá negar? Virgen Inmaculada: ¡tienes que ayudarme a salvarme!

Por eso te digo con San Felipe Neri: haz que yo siempre me acuerde de Ti, y Tú nunca te olvides de mi. Me parece que faltaran mil años todavía para poder contemplar tu hermoso rostro maternal en el cielo, para empezar a amarte y alabarte en el Paraíso como a la más buena de las madres, mi madrecita, mi Reina, mi gran benefactora, la más bella, la más amable, la más pura, la siempre Inmaculada Virgen María. Amén.

Madre, dame Tu mano y no me sueltes,
Déjame apoyarme en Ti al andar,
Enséñame el camino que sólo me conduzca
A Tu Hijo con quien anhelo un día estar.

Pídele a El que perdone mis falencias,
Mi falta de paciencia, también de piedad,
Que me dé fuerzas para sobrellevar el peso
De las injusticias que me hacen a menudo llorar.

Enjuga mis lágrimas con Tu dulzura de siempre,
Cubre con Tu manto mis penas y ansiedad,
Regálame la paz que de Tus ojos mana
Y muéstrame las huellas del amor y la humildad.


Hijitos, que sus corazones sean

puros y acogedores, para que el

amor y el calor comiencen a fluir a

través de ustedes, en cada corazón

que está lejos de Su amor. Hijitos,

sean mis manos extendidas, manos

de amor para todos aquellos que se

han perdido, que no tienen más fe

ni esperanza. ¡Gracias por haber

respondido a mi llamado!

Mensaje dado el 25 de Noviembre de 2009


23 de diciembre de 1996


Mis hijitos amados:
El Niño Dios está al alcance de todos.
Recibidlo con alegría y sin dobleces.
Bendecid al Padre del Cielo.
Glorificad a Dios Niño presente en la Sagrada Comunión.
¡Benditos sean todos!
Amén. Amén. Amén.

Mensaje dado por la Santisima Virgen María
Salta – Argentina

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, al acercarnos a las fiestas de Navidad, te rogamos que tu Hijo, que se encarnó en las entrañas de la Virgen María y habitó entre nosotros, nos haga sentir su amor y su misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Muy pronto llegará el Señor, que domina los pueblos, y será llamado Enmanuel, porque tendremos a «Dios con nosotros».

Que nos encuentre unidos en la oracion, Oremos todos los dias.

La Virgen se da del todo a lo que Dios le pide. En un momento sus planes personales –los tendría– quedan en un rincón para hacer lo que Dios le propone. No puso excusas. Desde el primer momento, Jesús es el ideal único y grandioso para el que vive.

Nuestra Señora manifestó una generosidad sin límites a lo largo de toda su existencia aquí en la tierra. De los pocos pasajes del Evangelio que se refieren a su vida, dos de ellos nos hablan directamente de su atención a los demás: fue generosa con su tiempo para atender a su prima Santa Isabel hasta que nació Juan2; estuvo preocupada por el bienestar de los demás, como nos muestra su intervención en las bodas de Caná Jn 2, 1. Fueron actitudes habituales en Ella. Mucho tendrían que decirnos sus paisanos de Nazaret de los incontables detalles de María con ellos en la convivencia diaria.

La Virgen no piensa en sí misma, sino en los demás. Trabaja en las faenas de la casa con la mayor sencillez y con mucha alegría; también con gran recogimiento interior, porque sabe que el Señor está en Ella. Todo queda santificado en la casa de Isabel por la presencia de la Virgen y del Niño que va en su seno.

En María comprobamos que la generosidad es la virtud de las almas grandes, que saben encontrar la mejor retribución en el haber dado: habéis recibido gratis, dad gratis. La persona generosa sabe dar cariño, comprensión, ayudas materiales…, y no exige que la quieran, la comprendan, la ayuden. Da, y se olvida de que ha dado. Ahí está toda su riqueza.

Ha comprendido que es mejor dar que recibir ,Hech 20, 35.  Descubre que amar “es esencialmente entregarse a los demás. Lejos de ser una inclinación instintiva, el amor es una decisión consciente de la voluntad de ir hacia los otros. Para poder amar de verdad conviene desprenderse de todas las cosas y, sobre todo, de uno mismo, dar gratuitamente… Esta desposesión de uno mismo  es fuente de equilibrio. Es el secreto de la felicidad».

El dar ensancha el corazón y lo hace más joven, con más capacidad de amar. El egoísmo empobrece, hace el propio horizonte más pequeño. Cuanto más damos, más nos enriquecemos.

A la Virgen le suplicamos hoy que nos enseñe a ser generosos, en primer lugar con Dios, y luego con los demás, con quienes conviven o trabajan junto a nosotros, con quienes nos encontramos en las diversas circunstancias de la vida. Que sepamos darnos en el servicio a los demás, en la vida ordinaria de cada día.



Virgen María, Madre mía, me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia. Acepta mi pasado con todo lo que fue. Acepta mi presente con todo lo que es. Acepta mi futuro con todo lo que será.

octubre 28, 2009

¡Bendito, Alabado y Adorado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar!

¡Queridos hijos! También hoy les traigo mi bendición y los bendigo a todos, y los invito a crecer en este camino que Dios comenzó, a través mío, para vuestra salvación. Oren, ayunen y testimonien alegremente vuestra fe, hijitos, y que vuestro corazón esté siempre colmado con la oración. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

 

Comentario

Muchos son los caminos que conducen a la salvación, todos los que llevan a Cristo. Sin embargo, hay uno privilegiado por el mismo Dios y ese es la Santísima Virgen María, la Madre de nuestro Señor.

Jesucristo reveló la ulterior misión salvífica de su Madre cuando Él mismo nos la dio como Madre nuestra en la cruz. Ya allí, en la terrible tarde del Gólgota, comenzó este camino de salvación con el sí definitivo de la Virgen. Al pie de la cruz se ofrecía Ella y ofrecía a su Hijo en perfecta unión al sacrificio redentor que el Señor hacía de sí mismo al Padre. Cuando oscurecía la tarde, cuando Jesús daba su último grito y ya muerto la lanza atravesaba su costado, cuando el velo del templo se rasgaba, el Corazón de la Virgen, puro, inmaculado, era también atravesado en sacrificio de corredención.

Junto al Hijo muerto el Corazón de la Madre se partía de dolor, alumbrándonos a nosotros, a cada uno de nosotros. Porque todos estuvimos esa tarde de ese Viernes Santo allí en el Calvario y nacimos como hijos de esta bendita Madre. Allí empezó ese camino que Dios dispuso para nuestra salvación: el más perfecto, más corto, más seguro, más rápido y bendecido que conduce a Jesucristo, el Salvador.

Ese camino nos ha sido nuevamente mostrado, como nunca antes, a partir de estas apariciones de Medjugorje. Y allí, nuestra Santísima Madre y Maestra nos ha venido enseñando que para alcanzar la salvación hay que abrir el corazón a la gracia y tener fe firme en Cristo. Fe que es alimentada por la confianza que tenemos en Ella, por el reconocimiento de que está presente, junto a nosotros en este tiempo tan difícil para todos. Porque Ella viene a conducirnos en medio de la oscuridad y la confusión general y su sola presencia nos habla de cielo, de eternidad, de confirmación de todos los artículos de nuestra fe.

Desde el inicio de las apariciones nos ha estado enseñando que debemos orar y ayunar. Que la oración debe ser de todos los días y que, aunque las distintas modalidades y tipos de oraciones son buenas el Rosario tiene su preferencia. Debemos también, nos lo ha repetido, ayunar. A pan y agua, miércoles y viernes. Nadie está exceptuado de orar, pero sí puede estarlo de ayunar a pan y agua si está enfermo con alguna enfermedad que desaconseje el ayuno o ese tipo de ayuno. En esos casos siempre es posible algún sacrificio que se ofrezca a cambio. ¡Cuánto debemos ayunar de televisión y de lecturas y vistas que no son edificantes!

Nuestro corazón debe estar colmado de oración, nos dice. La oración debe ser tal que se vuelva incesante. Debemos ampliar y profundizar nuestros momentos de oración y tener siempre un constante anhelo de Dios. En momentos en que no es posible rezar, por ejemplo un Rosario, siempre es posible decir mentalmente alguna oración corta, como la llamada oración del corazón que practican los cristianos de oriente y repiten en cada ritmo respiratorio: “Jesús, hijo de David, ten compasión de mí (pecador)”. O bien alguna jaculatoria conocida. Son esas formas breves de rezar que se adaptan muy bien a una oración silenciosa en momentos de actividad. La clave es tener siempre puesto el pensamiento en Dios.

Orar es hablar con Dios. Es tratar con Él, es entrar en su intimidad, es profundizar la amistad, es contemplar o sea meditar el secreto del amor de Dios, es pedirle lo que creo necesitar, es interceder por otros, es alabarlo y darle gracias, pedirle su bendición y bendecir su nombre, es consolarlo reparando y desagraviando por las blasfemias y sacrilegios que se cometen, es contarle mis alegrías y mis tristezas y -no olvidarlo nunca- saber hacer silencio para escuchar qué le dice a mi corazón, para encontrar luz y sentir sus mociones en el espíritu. Es todo eso y más, todo lo que voy descubriendo en cada oración de cada día. Y es también quedarse sin palabras, sin saber qué decir o algunas veces no sentir particular gusto por la oración. Orar, orar siempre. A eso estamos llamados, a llenar la vida con oración, que es llenarla de Dios.

San José María decía: “¿Que no sabes orar? -Ponte en la presencia de Dios, y en cuanto comiences a decir: «Señor, ¡que no sé hacer oración!…»-, está seguro de que has empezado a hacerla”. “Mira qué conjunto de razonadas sinrazones te presenta el enemigo, para que dejes la oración: «me falta tiempo» -cuando lo estás perdiendo continuamente-; «esto no es para mí», «yo tengo el corazón seco»… La oración no es problema de hablar o de sentir, sino de amar. Y se ama, esforzándose en intentar decir algo al Señor, aunque no se diga nada”.

Ciertamente, la adoración, el estar frente a la presencia eucarística única del Señor es un modo privilegiado de oración, de encuentro con Él. Es un encuentro iluminante que vuelve radiante nuestra vida. ¡Qué maravilloso y elocuente testimonio de fe damos cuando estamos adorando en silencio! No hace falta más para decir tanto. Estamos diciéndole al mundo: “aquí está Él. Éste es Dios, el Emmanuel, el Dios con nosotros y por nosotros. Por eso, estoy aquí de rodillas en adoración y tú también estás invitado. Es Jesucristo que te llama”. Como nos pidió nuestra Madre: “Enamórense de Jesús en la Eucaristía”, “Adoren a mi Hijo sin interrupción”.

Me atrevo a pensar que entre los muchos de los que seguimos a Medjugorje varios hemos alguna vez descuidado el ayuno. En ese caso debemos recuperarlo, junto a la oración. La experiencia es que ayunando, la oración se vuelve más concentrada, mucho menos distraída y, por tanto, más profunda. Y también que rezando es más fácil ayunar. Oración y ayuno se reclaman mutuamente.

También puede que estemos hablando más de Dios que con Dios y que queramos convencer a nuestros conocidos a través de nuestras palabras. Más los convenceremos cuando por la adoración o la oración profunda reflejemos algo de la luz de Dios, es decir demos convincente testimonio de vida. En lugar de hablar tanto de Dios con el amigo debemos hablar más a menudo a Dios del amigo. Y todo con alegría, con la alegría que da la fe en Dios y la confianza en nuestra Madre. Con la alegría que grande es nuestra esperanza porque nuestra Madre está aquí con nosotros y no nos deja. Porque pese a que no faltan quienes la rechazan, no creen, se burlan y tratan de desacreditar las apariciones para acabar con estas verdaderas epifanías de la Madre de Dios, Ella, en cambio, permanece con nosotros. Viene todos los días a manifestarnos su cercanía, a rezar con nosotros y a mostrarnos que nada tenemos que temer porque, siendo Ella quien es -la Enviada para estos tiempos- Dios mismo está con nosotros.  Y si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Cf. Rm 8:31).

Ese es el gran motivo de alegría.

Hemos perdido la alegría que da testimonio de nuestra fe, porque esa alegría es fruto del Espíritu Santo, y no predicamos la necesidad de estar alegres. Por eso, la Santísima Virgen viene a recordárnoslo.

San Pablo no se cansaba de exhortar a los primeros cristianos de las comunidades de Galacia, de Filipos y de Tesalónica diciéndoles: “Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres”. “Estad siempre alegres. Orad constantemente”. (Cfs. Flp 4:4; Ga 5:22; 1 Ts 5:16). La alegría se nutre del corazón colmado de oración.

Esta nueva invitación a la conversión no es a permanecer en el mismo lugar del camino, sino a crecer espiritualmente avanzando por él. Al mismo tiempo que nos invita nos da la manera de crecer: intensificando la oración y el ayuno con la alegría de la fe en Dios que es más poderoso que todas nuestras contrariedades y enemigos.

Vivamos en la alegría, nuestra Madre está aquí y nos bendice.


P. Justo Antonio Lofeudo
www.mensajerosdelareinadelapaz.org

Bendito, Alabado y Adorado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar!



Los cielos proclaman la gloria de Dios. Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.

octubre 14, 2009

Debes rezar cada día el Santo Rosario, al elevar esta plegaria a Dios, por la humanidad doliente, me haces muy feliz.

Debes rezar cada día el Santo Rosario, al elevar esta plegaria a Dios, por la humanidad doliente, me haces muy feliz.

La Inmaculada Concepcion dijo: «Haré una gran manifestacion para que todos te crean». Despues de consagrarme al Señor, La Santísima Madre abrió sus brazos y sonriéndome con mucha alegría dijo: «Ven Hija mía, Alabado sea el Señor, los ángeles te acompañaran, el Señor abrirá un camino de luz».

Debemos rezar por la Paz del mundo que está amenazada, por los pecadores. por los que sufren, por los afligidos. Amén.

Te invito desde aquí a rezar todos los dias las oraciones dadas por La Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús que aparece en Salta, tambien contemplaremos el mensaje para cada dia, rezaremos por las siguientes intenciones; Por La Paz del mundo

Por Los Pecadores

Por los que Sufren y estan afligidos

Por los corazones de todas las personas para que se conviertan y se entreguen con todo su amor al corazon de Jesús y María.

Por tus intenciones personales..

Consagración al Sacratisimo Corazón Eucarístico de Jesús

Sacratísimo Corazon Eucarístico de Jesús, yo confío inmensamente en tu Misericordia.

Te pido humildemente que me des la fe que nesecito para abandonarme a tu infinita Misericordia, porque ya se han agotado mis recursos humanos y ahora solo me cabe volverme con confianza a tu infinita compación, porque sé que Tú no desoirás mi súplica.

Aquí estoy Señor, a tus pies pidiendo con fervor arregles todas mis cosas y problemas, según tu amor y beneplácito Divino, que sé será lo mejor para mi. Concedeme lo que te estoy pidiendo si es para bien de mi alma.

¡Toma Señor mi problema! ¡Toma mi corazón!

¡Yo confío en Tí, Corazón Eucarístico de Jesús!

¡Yo confío en Tí, Corazón Eucarístico de Jesús!

¡Yo confío en Tí, Corazón Eucarístico de Jesús!


Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María

Purisima Madre, mía, Quiero consagrarte mi corazón, mi voluntad,  mi vida entera.

Llévame al corazón de tu Divino Hijo Jesús, Para que El habite en mi. Quiero ser totalmente tuyo, Madre mia. Y a partir de hoy servirte fielmente en lo que me mandes.

Sé dulce compañia en mi vida, no permitas que jamás me separe de ti, y en la hora de la muerte ve a buscarme para gozar de la eternidad en tu compañía.

Bendita  y Alabada seas por siempre Madre Mía.

Amén.




4 de Julio de 1994

A la mañana muy temprano mientras hacía mis oraciones, vi frente a mi, un ANGEL, al verlo sentí un gran gozo, dentro y fuera de mi, un profundo gemido se escapó de mi boca ante la presencia de este Ángel de extraordinaria belleza, no era solo su belleza lo que realmente me impresionó, sino que de su presencia emanaba un gran gozo y me lo transmitía, haciéndome sentir una gran dicha interior, muy difícil de explicar con palabras. El estaba vestido de blanco y llevaba un cordón atado en su cintura, y su aspecto era recio y resplandeciente; al verlo me pareció un joven de 17 años, sus cabellos eran rubios y el largo  justo debajo de las orejas.

Llevaba en una de sus manos una vara larga que sobrepasaba su cabeza, y la apoyaba sobre el suelo.

El se paró frente a mi y por un tiempo (no sé cuanto) no dijo nada, sólo me miraba firmemente y con mucha insistencia.

Le pregunté

¿Quien eres?

R: Soy un Ángel, pertenezco a la guardia real de las legiones celestiales, a las órdenes de San Miguel Arcángel, en la lucha contra satanás.

Después me dijo:

Escucha atentamente y presta atención. ¿Acaso creen que El Señor Dios permitirá que se sigan cometiendo abominaciones en su Casa?. Dios es un Padre que corrige. Su AMOR alcanza a buenos y malos, su paciencia es Infinita, todavía la ira de Dios no se ha desatado contra los despiadados, porque solo El, es el Creador de todo lo que existe, El, es el poder sobre todo poder, su Misericordia es infinita, el Amor de Dios es Salvador.

¡Feliz de ti que obras bien, bienaventurados sean tus pesares! (se quedó callado como esperando que le hable) yo le pregunté:

¿Que quieres que haga?

R: Yo soy un servidor, EL que ES, me envía, sé buena servidora, haz lo que yo hice.

Alabado y Glorificado sea el Señor por siempre, Bendito y Alabado.





Mensaje de María Reina de la Paz en Medjugorje del 2 de setiembre de 2009

septiembre 9, 2009

“Alabado sea Jesús, mis hijos queridos, os amo"

“Alabado sea Jesús, mis hijos queridos, os amo"

Queridos hijos, hoy los invito con corazón materno a que aprendan a perdonar completamente y sin condiciones. Ustedes sufren injusticias, traiciones y persecuciones, pero por esto están más cerca y son más queridos por Dios. Hijos míos, oren por el don del amor. Sólo el amor perdona todo, como hizo mi Hijo. ¡Síganlo! Estoy en medio de ustedes y oro para que cuando estén frente al Padre puedan decir: “aquí estoy, Padre, he seguido a tu Hijo, he amado y perdonado con el corazón porque creía en tu juicio y confío en Ti”. Gracias.


Comentario

El tema del perdón es uno de los más difíciles para nosotros pobres criaturas pecadoras y egoístas. La etimología de la palabra perdonar da la razón de la dificultad. Viene del latín per y donare. Es decir dar, pero dar en grado mayor porque es dar algo que es lo más íntimo que se pueda dar. No se trata de dar cosas materiales sino de dar de sí mismo, de lo más profundo que es la herida del corazón. Cuando nos hieren nos cerramos en nosotros mismos y no solemos querer salir de la ofensa para volver a abrir el corazón. El corazón está herido y se retrae. Lo ha lastimado una burla, un desprecio, una agresión, algún tipo de ofensa. Se puede ser muy generoso con las cosas pero no con el perdón. Sin embargo, el Señor nos llama a perdonar y tan importante es el perdón que debemos dar, que lo ha puesto como condición para nosotros recibir su perdón por nuestras ofensas hacia Él. Lo recitamos en cada Padrenuestro. La necesidad de perdonar y la condición para reconciliarse con Dios están en repetidos pasajes del Nuevo Testamento. En el evangelio según san Mateo, Jesús luego de enseñar a sus discípulos a orar, dándoles la fórmula del Padrenuestro, les dice: “si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas” (Mt 6:14-15)[1].

No deja el Señor de exhortarnos a tener misericordias como Él mismo la tiene con nosotros: “sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque seréis medidos con la medida con que midáis” (Lc 6:36-38). De diversas maneras no cesa de decirnos: “no pidáis justicia, dad misericordia”.

En una palabra, en este mensaje nuestra Madre nos recuerda lo que tantas veces nos repite el Señor. Sin embargo, parece haber algo más, pues no escapa a nuestra atención que de todas las ofensas posibles Ella mencione específicamente “las injusticias, persecuciones y traiciones”. Esto parece no tener que ver con relaciones interpersonales o con situaciones familiares sino más bien con otro tipo de cuestiones de mayor envergadura. Por el tono de este mensaje y de otros dados anteriormente a Mirjana ¿está acaso indicándonos una gravedad inminente? ¿Quizás acontecimientos que puedan manifestarse en persecuciones mayores que las ahora conocidas y en profundización de injusticias (baste tomar como ejemplo lo que se pretende legislar o se legisla en materia de eliminación de la patria potestad y en los ataques a la vida)? La traición siempre alude a un quebrantamiento de la confianza, de quien o de quienes se esperaba lealtad o fidelidad. Ciertamente que como categorías de personas quienes sufren injusticias y persecuciones son fundamentalmente los verdaderos cristianos que están dispuestos a vivir su fe.

En todos los casos posibles el perdón debe ser total e incondicional y no hay injurias por graves que sean que no deban ser perdonadas. Sabemos que existen situaciones en las que se vuelve muy difícil perdonar cuando, por ejemplo, se trata de un grave daño infligido a una persona inocente y muy querida. Supongamos el caso extremo de una madre a quien han asesinado salvajemente a un hijo. A ella también el Señor le pide que se una a su cruz y perdone.

¿Es que Dios nos pide imposibles? Desde luego que no. Nos pide fundamentalmente una cosa: nuestra voluntad de perdonar y de aceptar la gracia del amor. Porque el perdón total, ese que llega hasta a amar al enemigo es sólo don de Dios, la gracia con que sella nuestra voluntad de perdonar. Por eso, la Madre de Dios nos llama a que oremos por el don del amor, porque el amor no toma en cuenta el mal, ya que todo lo perdona y todo lo soporta.

Dos reflexiones adicionales. La primera es que este mensaje, como todos, va primero dirigido a la parroquia de Medjugorje, pero luego se extiende a ese Medjugorje universal, del cual muchísimos formamos parte. La segunda a tener en cuenta es que nuestra Santísima Madre habla siempre para el momento actual, pero no sólo porque también se adelanta a los hechos. Ella ve nítidamente lo que nosotros recién percibimos cuando lo padecemos. Así fue con sus pedidos de oración y ayuno para ahuyentar la guerra. Así puede ser ahora también. Sabemos que hay persecuciones, que hay ataques muy severos y agresivos contra Medjugorje y que se cometen injusticias, pero también cabe la advertencia de un tiempo por venir. Y no sólo para Medjugorje sino para toda la Iglesia universal.

En el mensaje está el consuelo que la tribulación nos hace más cercanos a Dios y a su amor. Podemos, con el Apóstol, también nosotros decir que ni la tribulación, ni la angustia, ni los peligros, ni ninguna criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro (Cf. Rm 8:35 s).

Sólo el amor cubre una multitud de pecados, sólo el amor vence al mal. Ante el mal que desborda, la cruz –verdadero icono del amor- es la única respuesta. Desde su Cruz, pero más allá de ella, en la victoria en la Resurrección, el Señor nos llama a seguirlo. Nos llama por medio de su Madre a recorrer el camino del amor, ese que sí pasa por la cruz pero no se detiene en ella.

Nuestra Santísima Madre y Reina de la Paz con este mensaje complementa el del 2 de junio pasado. Lo recordarán, ese en que por cuatro veces dijo “los necesito”. En una parte del mismo clamaba: “Necesito corazones preparados para un amor inmenso. Corazones que no estén apesadumbrados con lo vano. Corazones que estén prontos a amar como ha amado mi Hijo, que estén dispuestos a sacrificarse como se ha sacrificado mi Hijo. Los necesito. Para poder venir conmigo perdónense ustedes mismos, perdonen a los demás y póstrense en adoración ante mi Hijo”.

Ese amor inmenso es el del perdón de corazón que no mide la profundidad de la herida ni la injusticia cometida ni el dolor indecible de la traición. Para entablar batalla contra el mal, Ella no necesita de palabras sino de hechos (Cf. mensaje a Ivan del 28/8/09)[2], es decir de corazones que sean símiles al de Jesús. Nuestro declarado amor a la Virgen Santísima, nuestras oraciones deben volverse hechos concretos para no terminar todo en mera declamación.

El mensaje de junio tenía el agregado de perdonarse a sí mismo. Lo que no quiere decir autoindulgencia. Ahora se vuelve evidente que la Madre de Dios tiene necesidad de hijos con corazones purificados para la gran batalla que deben emprender bajo su guía. Un camino que se hace de rodillas, frente al Santísimo, porque de allí viene la purificación y las fuerzas para avanzar siguiendo al Señor.

Queridos hermanos, hay un camino por delante antes de llegar al encuentro definitivo con Dios. Un camino accidentado, de persecuciones, de traiciones, de injusticias.  Nuestra Madre del Cielo nos llama a prepararnos para ese camino de dolor, de tribulación comenzando ya por perdonar de corazón porque sólo así podremos ser verdaderos discípulos de nuestro Señor y seguirlo en el amor hasta el encuentro con el Padre, que tendrá un juicio de misericordia porque fuimos misericordiosos, mientras quien no tuvo  misericordia, como dice el apóstol Santiago el menor, “será juzgado sin misericordia; la misericordia está por encima del juicio” (Cf. St 2:13).


P. Justo Antonio Lofeudo
www.mensajerosdelareinadelapaz.org
____________________________
[1]. Sólo para citar algunos otros ejemplos: a la pregunta de Pedro, sobre cuánto correspondía perdonar a las reiteradas ofensas, el Señor le responde “setenta veces siete”, o sea absolutamente siempre. Vencer al mal a fuerza de bien, pide el Señor y proclama: “bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5:7). Dios no escucha al rencoroso que no perdona. Fijémonos sino en las siguientes serias admoniciones: “y si, cuando os pongáis de pie para orar, tenéis algo contra alguno, perdonadle, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas” (Mt 11: 25) y “si al momento de presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano” (Mt 5: 23-24).
[2].
Esta noche la Santísima Virgen vino feliz y, al comienzo, como siempre nos saludó a todos con su saludo maternal: “Alabado sea Jesús, mis hijos queridos, mis pequeños hijos”Luego, con sus brazos extendidos oró, por un tiempo, sobre nosotros aquí presentes y luego por los enfermos presentes. Después nos bendijo a todos con su bendición maternal y a continuación bendijo los artículos que trajeron para ser bendecidos. Y nos dio el siguiente mensaje:

“Queridos hijos, hoy también los llamo especialmente a que acepten mis mensajes, renueven mis mensajes. Queridos hijos, hoy, más que nunca, necesito sus obras, no sus palabras. Por ello, queridos hijos, vivan mis mensajes para que la luz pueda iluminar y llenar sus corazones. Hijos queridos, sepan que la Madre está orando con ustedes. Gracias, hoy también queridos hijos, por haber aceptado mis mensajes y por vivirlos. Oren para ser mi signo».

Maria , Nuestra Madre, nos pide una vez más oracion, como nuestra madre buena ella sabe llegar a nuestro corazon y con su Santa paciencia nos espera y nos pide algo simple y sencillo pero tan valioso para Dios: Nuestra Oracion, no la hagamos esperar más Oremos:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una fuente. Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón manso y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.

Que Así Sea.



Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de agosto de 2009

agosto 5, 2009

maria-de-la-pazMensaje de María Reina de la Paz
del
2 de agosto de 2009
dado por medio de Mirjana

        Miles de personas estuvieron presente en la Cruz Azul, al pie de la colina de las Apariciones, para el mensaje mensual a la vidente Mirjana Soldo. Después de la aparición, Mirjana transmitió el siguiente mensaje de la Santísima Virgen:

 

 

Queridos hijos, estoy viniendo, con mi amor maternal, para indicar el camino por el que han de transitar, para que puedan ser lo más semejantes a mi Hijo, y así, estar más cerca de Dios y agradarle más. No rechacen mi amor. No renuncien a la salvación y a la vida eterna por ir tras lo fugaz y la frivolidad de la vida. Estoy entre ustedes para conducirlos y, como madre, para advertirles. Vengan conmigo.

Mirjana dijo que la Santísima Virgen apareció con el sol brillante detrás de Ella durante todo el tiempo de la aparición. Al mismo tiempo, miles de asistentes a la aparición pudieron ver el llamado milagro del sol, sin daño alguno.   

                                                  www.MensajerosdelaReinadelaPaz.org

Celebración del 5 de agosto de 2009

¡Honremos a María en su día!

Miércoles 5 de agosto, San Ignacio de Loyola, Alsina y Bolívar, 18 hs Rezo del Santo Rosario y Adoración, 19 hs Misa Solemne: Nuestra Señora de las Nieves, Patrona 2da. de la Ciudad de Buenos Aires. Rezaremos por salud para nuestras familias, Consagración de nuestras familias y nuestra ciudad a la Santísima Virgen. Entrega de la Rosa Blanca bendecida para llevar a la Sma.Virgen en nuestros hogares.

www.mensajerosdelareinadelapaz.org/actividades.html


ver información sobre la Celebración del 5 de agosto y el Cumpleaños de la Santísima Virgen María!