«Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad…no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad»
Lumen Gentium, 49
Santa Catalina de Siena tuvo, como tantos otros santos, visiones del Purgatorio, y también del infierno. Aqui reproducimos una breve narración de una de sus experiencias místicas
»-¿Qué vio usted, madre, durante ese tiempo y por qué retornó su alma al cuerpo? -le pregunté de nuevo-. Le pido encarecidamente que no me oculte nada.
»-Sepa, Padre -me contestó-, que mi alma penetró en un mundo desconocido y vio el premio de los justos y el castigo de los pecadores. Pero aquí me falla la memoria y la pobreza del lenguaje me impide hacer una descripción adecuada de esas cosas. Sin embargo le diré lo que pueda. Tenga la seguridad de que vi la ESENCIA divina y por eso sufro tanto al verme de nuevo encadenada al cuerpo. Si no me lo impidiese el amor a Dios y al prójimo, moriría de dolor. Mi gran consuelo está en sufrir porque tengo la seguridad de que mis sufrimientos me permitirán una visión más perfecta de Dios. De aquí el que las tribulaciones, en lugar de resultarme penosas, constituyen para mí una delicia. Vi los tormentos del infierno y los del purgatorio; no existen palabras con que describirlos. Si los pobres mortales tuvieran la más ligera idea de ellos, sufrirían mil muertes antes que exponerse a experimentar uno de esos tormentos por espacio de un solo día. Vi en particular los tormentos que sufren aquellos que pecan en el estado del matrimonio no observando las normas que él impone y buscando en él únicamente los placeres sensuales». Y como yo le preguntase por qué este pecado, que no es en sí peor que los demás, recibe tan duro castigo, me dijo: «-Porque se le presta poca atención y por consiguiente produce menos contrición y se comete con mayor facilidad. Nada hay tan peligroso como una falta, por pequeña que sea, cuando quien la comete no la purifica cuidadosamente con las aguas de la penitencia».
Iglesia Santa Catalina de Siena en Buenos Aires
Oremos por todos los Santos:
A TODOS LOS SANTOS
Gustavo Adolfo Béquer
Patriarcas que fuisteis la semilla
del árbol de la fe en siglos remotos,
al vencedor divino de la muerte,
rogadle por nosotros.
Profetas que rasgasteis inspirados
del porvenir el velo misterioso,
al que sacó la luz de las tinieblas,
rogadle por nosotros.
Almas cándidas, Santos Inocentes
que aumentáis de los ángeles el coro,
al que llamó a los niños a su lado,
rogadle por nosotros.Apóstoles que echasteis en el mundo de la Iglesia el cimiento poderoso, al que es de la verdad depositario rogadle por nosotros.
Mártires que ganasteis vuestra palma
en la arena del circo, en sangre rojo,
al que os dio fortaleza en los combates,
rogadle por nosotros.
Vírgenes semejantes a azucenas
que el verano vistió de nieve y oro,
al que es fuente de vida y hermosura,
rogadle por nosotros.
Monjes que de la vida en el combate
pedisteis paz al claustro silencioso,
al que es iris de calma en las tormentas,
rogadle por nosotros.
Doctores cuyas palmas nos legaron
de virtud y saber rico tesoro,
al que es raudal de ciencia inextinguible,
rogadle por nosotros.
Soldados del ejército de Cristo,
Santas y Santos todos,
rogadle que perdone nuestras culpas
a Aquel que vive y reina entre vosotros.
Oremos por nuestros seres Queridos que ya no están