«El santo no es sólo la alegría de sus padres, sino la salvación de muchos.»Cada uno de los Santos es una obra maestra de la gracia del Espíritu Santo.»

noviembre 1, 2009

[San Francisco de Asís]santos catolicos rueguen por nosotros!«Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad…no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad»

Lumen Gentium, 49

El 1 de noviembre festejamos la fiesta de Todos los Santos, en unión con aquellos que ya tienen la Gracia de haber alcanzado la promesa del Reino. Y con la perfección con que se disponen las fiestas de la Iglesia, celebramos el 2 de noviembre la fiesta de los Fieles Difuntos, de modo particular por aquellas almas que aún se encuentran purgando y purificando sus almas en espera de alcanzar la gloria del Reino de Dios. En ambas fiestas nos configuramos a la Comunión de los Santos, ese triangulo que constituye la iglesia en la unión de las almas que ya están en el cielo, de las almas purgantes, y de aquellos que aun peregrinamos aquí en la tierra.
Hoy queremos entregarles un hermoso material sobre las visiones que Santa Catalina de Siena tuviera de Cielo, Infierno y Purgatorio. En las palabras de esta alma elevada a los altares, podemos comprender no sólo la extraordinaria experiencia de quien se acerca a la Esencia de Dios, sino también de la visión de las penas del infierno. Por supuesto, Dios consuela a Catalina con la esperanza de quienes están en el purgatorio, aunque sea una espera en el dolor y el sufrimiento.
Una vez más, pedimos a nuestros lectores orar por las almas de sus familiares y amigos difuntos, y en particular pedir la celebración de Misas por ellos. Es el mejor regalo que les podemos hacer, porque ello acorta y suaviza sus penas y los acerca al Reino de Dios.
Finalmente, en esta fiesta Dios concede la entrada al Cielo a una cantidad elevada de almas, por lo que la oración adquiere un valor especial.
Oremos por las almas de nuestros familiares difuntos en estos dos especiales días, días de gozo y celebración en la Unidad.
El Señor esté con ustedes.

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Santa Catalina de Siena tuvo, como tantos otros santos, visiones del Purgatorio, y también del infierno. Aqui reproducimos una breve narración de una de sus experiencias místicas

 

 

»-¿Qué vio usted, madre, durante ese tiempo y por qué retornó su alma al cuerpo? -le pregunté de nuevo-. Le pido encarecidamente que no me oculte nada.

»-Sepa, Padre -me contestó-, que mi alma penetró en un mundo desconocido y vio el premio de los justos y el castigo de los pecadores. Pero aquí me falla la memoria y la pobreza del lenguaje me impide hacer una descripción adecuada de esas cosas. Sin embargo le diré lo que pueda. Tenga la seguridad de que vi la ESENCIA divina y por eso sufro tanto al verme de nuevo encadenada al cuerpo. Si no me lo impidiese el amor a Dios y al prójimo, moriría de dolor. Mi gran consuelo está en sufrir porque tengo la seguridad de que mis sufrimientos me permitirán una visión más perfecta de Dios. De aquí el que las tribulaciones, en lugar de resultarme penosas, constituyen para mí una delicia. Vi los tormentos del infierno y los del purgatorio; no existen palabras con que describirlos. Si los pobres mortales tuvieran la más ligera idea de ellos, sufrirían mil muertes antes que exponerse a experimentar uno de esos tormentos por espacio de un solo día. Vi en particular los tormentos que sufren aquellos que pecan en el estado del matrimonio no observando las normas que él impone y buscando en él únicamente los placeres sensuales». Y como yo le preguntase por qué este pecado, que no es en sí peor que los demás, recibe tan duro castigo, me dijo: «-Porque se le presta poca atención y por consiguiente produce menos contrición y se comete con mayor facilidad. Nada hay tan peligroso como una falta, por pequeña que sea, cuando quien la comete no la purifica cuidadosamente con las aguas de la penitencia».

Iglesia Santa Catalina de Siena en Buenos Aires

 

Oremos por todos los Santos:

A TODOS LOS SANTOS

Gustavo Adolfo Béquer

Patriarcas que fuisteis la semilla
del árbol de la fe en siglos remotos,
al vencedor divino de la muerte,
rogadle por nosotros.

Profetas que rasgasteis inspirados
del porvenir el velo misterioso,
al que sacó la luz de las tinieblas,
rogadle por nosotros.

Almas cándidas, Santos Inocentes
que aumentáis de los ángeles el coro,
al que llamó a los niños a su lado,
rogadle por nosotros.
Apóstoles que echasteis en el mundo de la Iglesia el cimiento poderoso, al que es de la verdad depositario rogadle por nosotros.

Mártires que ganasteis vuestra palma
en la arena del circo, en sangre rojo,
al que os dio fortaleza en los combates,
rogadle por nosotros.

Vírgenes semejantes a azucenas
que el verano vistió de nieve y oro,
al que es fuente de vida y hermosura,
rogadle por nosotros.

Monjes que de la vida en el combate
pedisteis paz al claustro silencioso,
al que es iris de calma en las tormentas,
rogadle por nosotros.

Doctores cuyas palmas nos legaron
de virtud y saber rico tesoro,
al que es raudal de ciencia inextinguible,
rogadle por nosotros.

Soldados del ejército de Cristo,
Santas y Santos todos,
rogadle que perdone nuestras culpas
a Aquel que vive y reina entre vosotros.


Oremos por nuestros seres Queridos que ya no están

 

Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén.

Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.

Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.